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Úlceras bucales o úlceras aftosas

Aftas bucales

Acudir al dermatólogo por Aftas bucales es recomendable cuando las lesiones son frecuentes, dolorosas o tardan en curar. Aunque suelen ser benignas, en algunos casos pueden estar asociadas a enfermedades dermatológicas o sistémicas que requieren valoración médica.

Debe consultarse si las aftas duran más de dos semanas, aparecen de manera repetida o provocan dolor intenso al hablar o comer. Un diagnóstico profesional permite descartar infecciones, deficiencias nutricionales o trastornos autoinmunes que pueden manifestarse con este tipo de úlceras.

El dermatólogo podrá indicar tratamientos tópicos o sistémicos para aliviar las molestias, favorecer la cicatrización y prevenir nuevos brotes. Además, si sospecha una causa subyacente, derivará al paciente al especialista correspondiente para un abordaje integral.

No, las Aftas bucales no son contagiosas. A diferencia del herpes labial —causado por el virus del herpes simple y transmisible por contacto directo— las aftas son lesiones no infecciosas. No se contagian mediante besos, ni por compartir cubiertos, vasos o alimentos.

Las aftas se desarrollan por factores internos del organismo, como el estrés, déficits de vitaminas o minerales, alergias alimentarias o alteraciones del sistema inmunitario. No están relacionadas con virus ni bacterias contagiosas, por lo que no existe riesgo de transmisión entre personas.

Es importante, sin embargo, diferenciar las aftas de otras lesiones orales que sí pueden ser infecciosas, como el herpes labial o ciertas infecciones bacterianas. Si una úlcera bucal persiste más de dos semanas, aparece de forma recurrente o se acompaña de dolor intenso o fiebre, se recomienda acudir a un dermatólogo para una evaluación y diagnóstico adecuados.

La duración de las aftas bucales depende de su tipo y de la respuesta individual del organismo. En general, estas lesiones pueden mantenerse desde unos pocos días hasta varias semanas, según su tamaño y gravedad.

Las aftas menores son las más frecuentes y, por lo general, se curan de forma espontánea en 7 a 10 días sin dejar cicatriz. Aunque pueden resultar molestas, suelen resolverse con medidas simples que alivian el dolor y favorecen la cicatrización.

En cambio, las aftas mayores son más extensas, profundas y dolorosas. Su proceso de curación puede prolongarse durante varias semanas y, en algunos casos, dejar pequeñas cicatrices en la mucosa oral. Dado que tienden a ser más persistentes, puede ser necesario acudir a un especialista si dificultan la alimentación o afectan la calidad de vida.

Cuando las aftas duran más de dos semanas, aparecen de forma recurrente o se acompañan de síntomas como fiebre o inflamación intensa, se recomienda consultar con un médico o dermatólogo para descartar otras posibles causas.

Las Aftas bucales son más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes, como resultado de una combinación de factores fisiológicos y hábitos de vida propios de estas etapas.

El cambio hormonal es uno de los principales desencadenantes, especialmente durante la pubertad y adolescencia. Estas fluctuaciones pueden alterar la función del sistema inmunitario y la capacidad de cicatrización de la mucosa oral, favoreciendo la aparición de aftas.

El estrés académico también desempeña un papel relevante. La presión de los estudios, los exámenes y las responsabilidades escolares puede debilitar las defensas del organismo, aumentando la probabilidad de desarrollar estas lesiones.

Además, muchos jóvenes presentan una alimentación deficiente en vitaminas y minerales esenciales, como hierro, ácido fólico y vitamina B12, nutrientes fundamentales para la salud de la mucosa oral. Una dieta basada en alimentos ultraprocesados puede incrementar la aparición de aftas.

La falta de sueño es otro factor importante, ya que reduce la capacidad del organismo para regenerar tejidos y afecta la función inmunológica, lo que favorece la formación de lesiones bucales.

Finalmente, ciertos hábitos habituales en los jóvenes —como morderse los labios o las mejillas, el uso de brackets o una higiene bucal inadecuada— pueden irritar la mucosa y contribuir al desarrollo de aftas.

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¨Las Aftas bucales, pequeñas pero reveladoras, reflejan en la mucosa oral el silencioso diálogo entre el estrés y la inmunidad, siendo al mismo tiempo una clara manifestación de que el cuerpo pide calma y cuidado

Dra. Maria Magdalena Roth, (Dermatóloga, Palma de Mallorca)

Aftas bucales - Clínica Premier Balear - Dermatólogo Palma

¿Qué son las Aftas bucales?

Las Aftas bucales son pequeñas úlceras dolorosas que aparecen en la mucosa de la boca, especialmente en la lengua, los labios, las encías o el interior de las mejillas. Suelen presentar un centro blanquecino o amarillento rodeado por un borde rojo inflamado. Aunque no son contagiosas, pueden resultar muy molestas, dificultando actividades cotidianas como comer, beber o hablar. En la mayoría de los casos son lesiones pequeñas, pero cuando alcanzan mayor tamaño pueden generar dolor intenso y una recuperación más lenta.

¿Qué causa las Aftas bucales?

La causa exacta de las Aftas bucales no se conoce por completo, pero existen diversos factores que pueden favorecer su aparición o agravar los brotes:

    • Traumatismos locales: Mordeduras accidentales, cepillado dental agresivo o prótesis mal ajustadas pueden dañar la mucosa oral.
    • Estrés y falta de descanso: Las alteraciones emocionales o el cansancio físico son desencadenantes frecuentes.
    • Cambios hormonales: Las variaciones hormonales, especialmente en mujeres, pueden aumentar la susceptibilidad a desarrollar aftas.
    • Déficits nutricionales: La carencia de hierro, vitamina B12, ácido fólico o zinc puede contribuir a su aparición.
    • Sistema inmunitario debilitado: Enfermedades autoinmunes o tratamientos inmunosupresores pueden favorecer brotes recurrentes.
    • Alimentos irritantes: Cítricos, frutos secos, chocolate o comidas picantes pueden agravar las lesiones existentes.
    • Infecciones virales o bacterianas: En algunos casos, microorganismos presentes en la cavidad oral pueden actuar como desencadenantes secundarios.

Tipos de Aftas bucales

Las Aftas bucales se clasifican según su tamaño, número y duración en tres tipos principales:

    • Aftas menores: Son las más frecuentes (80–85 % de los casos). Miden menos de 1 cm, se curan en 7–10 días y no dejan cicatriz.
    • Aftas mayores: Son más grandes (más de 1 cm), profundas y dolorosas. Pueden durar entre 3 y 6 semanas y, en ocasiones, dejan cicatriz.
    • Aftas herpetiformes: Se presentan como múltiples úlceras diminutas (1–3 mm) que pueden confluir. Son muy dolorosas y tienden a recurrir con frecuencia.

Tratamiento para las Aftas bucales

El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor, prevenir infecciones secundarias y acelerar la cicatrización. Las medidas más empleadas incluyen:

    • Tratamiento tópico: Geles o pomadas con anestésicos (lidocaína, benzocaína) o corticoides (triamcinolona) para reducir el dolor y la inflamación.
    • Enjuagues bucales: Soluciones con clorhexidina o corticosteroides para limpiar la zona y prevenir sobreinfecciones.
    • Suplementación nutricional: Aporte de hierro, vitamina B12, ácido fólico o zinc en casos de deficiencia.
    • Tratamiento sistémico: En aftas grandes o recurrentes, el especialista puede prescribir corticoides orales o inmunomoduladores.
    • Cuidados generales: Evitar alimentos picantes, ácidos o abrasivos y mantener una correcta higiene oral con cepillos suaves.
    • Control del estrés: Dormir bien y practicar técnicas de relajación puede ayudar a reducir la frecuencia de los brotes.

La incidencia de las Aftas bucales en Mallorca

En Mallorca, el clima cálido y seco, junto con los cambios de rutina y el estrés propios de la vida moderna, pueden favorecer la aparición de Aftas bucales. Aunque no existen datos locales específicos, se estima que entre un 5% y un 60% de la población puede presentar aftas en algún momento de su vida.1

La incidencia es mayor en mujeres, en personas jóvenes y en no fumadores. En nuestras consultas de Clínica Premier Balear en Palma, atendemos con frecuencia casos de aftas recurrentes, ofreciendo un abordaje personalizado que permite identificar las causas y prevenir nuevos episodios.

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